La digitalización de la logística portuaria avanza, pero lo hace con frenos estructurales que limitan su desarrollo. Así se constató en el Innovation Lab del Grupo de Trabajo de Logística Portuaria, celebrado recientemente como continuación del Observatory Logistic del pasado mes de septiembre.
En esta nueva sesión, los expertos profundizaron en los principales obstáculos que ralentizan la transformación del sector, con especial foco en la fragmentación de los datos, la falta de compartición de información y la desincronización entre los distintos modos de transporte intermodal —puerto, carretera y ferrocarril— siguiendo con las premisas extraídas en el Observatory Logistic anterior.
El encuentro contó con la participación de Eduardo Garro, Coordinador de I+D en Prodevelop; Javier Garrido, Innovation Manager en Port de Barcelona; y Matías Esoin, Advanced Mobility – KAM en Zeleros. Los tres ponentes coincidieron en señalar que la gobernanza del dato se ha convertido en un eje estratégico para avanzar hacia una logística más eficiente y resiliente. Sin embargo, constataron que los desafíos persisten: la falta de trazabilidad, la escasa cultura de compartición de información y el temor a exponer datos sensibles continúan limitando la capacidad del sistema portuario para operar de forma integrada.
Durante la sesión se analizó cómo, incluso dentro del entorno cerrado del puerto, el flujo de datos sigue siendo fragmentado. Este problema, apuntaron los ponentes, deriva tanto de la ausencia de mecanismos homogéneos de recopilación y control como de la reticencia de los distintos agentes a abrir sus sistemas de información. La consecuencia es una visión parcial de los procesos logísticos, lo que impide optimizar la planificación de recursos, anticipar incidencias y mejorar la sostenibilidad de las operaciones.
Desde la perspectiva operativa, Javier Garrido subrayó la necesidad de abordar no solo la digitalización, sino también la adecuación de las infraestructuras físicas. “Nos encontramos con congestión de tráfico en torno a la ciudad que dificulta el transporte, y eso obliga a ampliar la capacidad de los accesos, revisar la capacidad total y establecer reservas por franjas horarias”, señaló. La combinación de tecnología y planificación infraestructural se presenta así como un binomio imprescindible para avanzar hacia una logística portuaria más fluida y sincronizada.
Entre las propuestas planteadas, destacó la idea de desarrollar una API para monitorizar en tiempo real las colas en las terminales de contenedores, iniciativa impulsada desde la Autoridad Portuaria de Barcelona. Este sistema permitiría consultar el tiempo medio de acceso y estancia en terminal, facilitando la toma de decisiones y reduciendo la incertidumbre operativa. Se trata de un ejemplo concreto de cómo la integración de datos puede traducirse en mejoras tangibles en eficiencia y coordinación.
Por su parte, Matías Esoin insistió en que el principal reto es cultural y de colaboración. “Tenemos una tendencia a crear silos de conocimiento y a proteger la información. Esto nos impide tener la foto completa del ciclo logístico”, advirtió. La solución, concluyó, pasa por aprovechar el valor del dato compartido, eliminar duplicidades y construir ecosistemas digitales donde todos los actores —públicos y privados— cooperen bajo un marco común de confianza y gobernanza.
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