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En el marco del eMobility Expo World Congress, Tomás de la Vega, director gerente de Logistop, ha moderado la mesa redonda Nuevas formas de distribución en las ciudades en la que se han tratados los grandes retos a los que se enfrentan las ciudades: digitalización, sostenibilidad, retención y captación de talento, estandarización…
Vicente Arastey, presidente de ADISLEV y director general de PROVEA, hizo hincapié en que, en muchas ocasiones, únicamente se piensa en la distribución urbana de mercancías de pequeños volúmenes, sin tener en cuenta la mercancía más voluminosa y pesada, para la cual, a día de hoy, “todavía no existen las suficientes prestaciones y autonomía para lo que necesitamos desde el sector HORECA”. Entre los retos que tienen por delante, destacó encontrar repartidores, hacer sostenible el sector tanto medioambientalmente como económicamente, y encontrar soluciones realistas para el transporte de mercancías voluminosas y pesadas.
Iñigo Bilbao Ubillos, CEO, Fundación Mobility LAB Vitoria-Gasteiz, destacó que el sector HORECA es uno de los grandes retos que tienen las ciudades, especialmente con la puesta en marcha de las zonas de bajas emisiones. Además, destacó el papel que jugará el #dato, que ayudará a la toma de decisiones tanto a nivel institucional (de cara a legislar) como a nivel empresa (de cara a optimizar rutas y operaciones), poniendo especial énfasis en la importancia de no confundir una base de datos con lo que es un especio de datos, en el que el dato compartido tiene una serie de condicionantes impuestos por su propietario.
Daniel Latorre, director general adjunto, CITYLogin, puso el foco en la falta de desconocimiento por parte de las entidades que están legislando, las cuales, en ocasiones, no conocen las características específicas y la casuística propia del sector. “Dentro de las instituciones debe haber un conocimiento real de qué está ocurriendo dentro de la cadena de suministro, cómo se realizan las operaciones y qué consecuencias y efectos tendrá esa normativa”, destacó. Un punto importante también ha sido la necesidad de concienciar al consumidor final, ya que uno de los principales motivos de la no compra es porque el envío no esté incluido. “Hemos creado la percepción de que el envío es gratuito y no es así, siempre tiene un coste medioambiental y económico asociado. Al igual que la logística inversa”, añadió.
Carolina Ciprés, directora de Investigación, Zaragoza Logistics Center, destacó la necesidad de que exista la voluntad de compartir información y de que los sistemas puedan interactuar entre sí. “La digitalización no solo nos permite trabajar, sino que a veces nos va a impedir trabajar. Podemos descarbonizar siendo más eficientes y para ser más eficientes es necesario colaborar”, señaló. Poniendo el foco en el componente social de la logística urbana, hay que tener en cuenta que una parte de la industria 5.0 es la transición justa, teniendo en cuenta a las futuras generaciones, ya que no se puede diseñar una hoja de ruta a futuro muy sofisticada si no se está haciendo atractiva la profesión. “La componente social es muy importante para que la logística urbana sea una realidad”, destacó. Por último, destacó la disociación existente entre el “soy sostenible” y el comportamiento real del consumidor de la Generación Z debido a que “nadie educa al consumidor; debemos informar cuando vayan a realizar la compra del componente de contaminación asociado. Debemos invertir en el cambio de cultura e impulsar el crecimiento del comercio electrónico pensando en las consecuencias de las decisiones que se toman”, concluyó.